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1.
Bueno, ya que nos vamos cierra los ojos, no hablemos más. Duerme, que de mis manos todo el rocío demorará. Salió el sol por la línea de fuego. Cuánta música tapando a Dios ¿quién nos iba a decir que mejor era seguir descalzos? -Refúgiame- Que las lágrimas que no lloramos me marquen la cara y te sepan decir que hará mucho más frío en mi casa que en tu soledad. Voy a apagar todas las estrellas para que te duermas al borde de mí y barreré mañana este cuarto vacío descubriendo fantasmas ay, cuando te hayas ido. Ya nos regalan migajas de hambre y sed las parroquianas del café. Esta noche el amor te hará mal dame un beso y descansa. Por primera vez voy a beber la grandeza del mar. Va a ser crudo el invierno, más crudo sin una esperanza... ...fue glorioso el camino pero date cuenta dónde nos dejó. Y pasará la música como el tiempo y el vidrio, arrastrando la angustia de estar siempre perdidos. Y volverá la lluvia con violines y truenos en la memoria turbia de un amor triste y bueno. No te preocupes después florecerán las alegrías del hogar.
2.
Llacuna 05:55
Otra vez perdí el camino y ya ves, no soy tan bueno como lo hubieras querido. Otra vez perdí la luna, ya no hay cielo, no hay fortuna, solo hay nubes, viento y vino. Ya se detuvo la arena, caen al piso las cadenas y el azúcar me envenena, y me detengo cuando quiero y camino sobre el hielo sin escudos y sin miedo cuando necesito amor. Guardé todos tus colores en una caja de música por si el cielo los olvida. Tiré mis viejos amores en un triste pozo ciego para que no vuelvan nunca. Y ya ves, no soy tan bueno como lo hubieras querido, otra vez perdí el camino. Pero cuando sea el momento de abrazarnos a los vientos, atrapado entre tus brazos o en el agua del fracaso, de una vez y para siempre yo voy a gritarte fuerte: soy tan virgen como vos. Lo siento, amor, ahora debo irme. Ya no puedo ver en casa tantas flores de papel. Y cuando duerman tus dudas en las estación de Llacuna, atrapado entre tus brazos -o en el agua del fracaso- de una vez y para siempre yo voy a gritarte fuerte: soy tan virgen como el sol. Lo siento, amor, ahora debo irme. Ya no puedo ver en casa tantas flores de papel Ya no puedo ver en casa tantas flores de papel.
3.
Darureira 03:44
Ya se apagaron las luces y qué lento va mi triste carnaval. Vuelvo ciego entre las nubes y algo dentro mío cae. Mis manos no pueden más, mi voz suena como un tren, voy cansado hasta la muerte. Volviendo volví a volver, y cuidé celosamente mi disfraz (la risa llena de miedo) ya no sé dónde buscar... ...mi guitarra se esgunfió y mis tripas congeladas son de acero para aguantar este infierno; ya no sé cómo escribir mi soledad. Un tambor como un consuelo se lleva las tardes vanas, sin amor, y sobre golpes de hielo redobla mi corazón ávido de fuerzas voy avanzando en la noche insobornable; y en tus ojos no te encuentro y hasta los recuerdos niegan mi canción. Ya no sé dónde buscar.
4.
Habrá penumbra pero sin música ni Dios. Será la luna la sola y pobre comunión. Como a un ángel vencido en la noche de los dos yo no sé quién me puso a elegir. Ya perdí la esperanza, dejame la canción (como una forma de sonreir). Este es mi puerto, sé que me tengo que quedar en la serena tristeza del atardecer se desangra en colores el cielo, y ¿cómo hablar? si anochece en la imaginación. Tu recuerdo acompasa mi lenta soledad ¡cómo duele tu ausencia en mi voz! He aquí mis días: apuntes de una soledad; buscando guías que sé que no voy a encontrar. Tu canción será estrella en mi sombra y llegará como un viento, como un amanecer; Y hablaré con palabras de bronce y de cristal porque ya no habrá nada que hacer. Y un acorde encendido crecerá con la luna, devolverá de a una (todas) las cosas que he perdido; y habrá un sentido nuevo de la antigua alegría y una batalla impostergable de cuerdas y vientos, de noches y días, se desatará en mi corazón. Mi corazón, mi corazón, ay, corazón, sarabá lararaira...
5.
Prontuario 06:35
Ella salvo todas las mentiras, ella pero aprendiendo a llorar, ella como entonces, todavía vuelve y me devuelve a su ciudad. Ella pero ya sin mis temores, ella en la distancia, ella en el recuerdo vuelve como la primera vez. Dioses de la sal y del delirio ¿dónde van a esperarme esta vez? Muecas sin pecado y sin olvido, con la tormenta mi ángel se fue. Me acarician todos los fantasmas, me cierran la puerta, duermen en mi cama, llegan por la noche, vuelven de mañana... ¡Qué desaparezcan! ¡Qué desaparezcan! Porque donde voy no hay tiempo ni leyes, ni rutinas, ni voces que asesinan, ni rastros de su mágica ciudad. De las noches de alma y de piel mustias me quedó esponja por corazón, de los versos que dejó la angustia ni uno sirve para esta canción. Ella mira desde la tormenta, Yo de la prohibida tierra en la que erramos saco de mis huesos márgenes y ramos sin equivocar mi palidez. Ecos de su voz pero en patética armonía, sombras de otras sombras que se van. Si ellos me escucharan les diría (si acaso pudieran escuchar): viejo, aunque les falte lo que quieras estos son mis versos, no les pongas nada, que ya tienen sangre, no les pongas nada, ¡Estos son mis versos, no les pongas nada! Porque donde voy no hay tiempo, ni leyes, ni rutinas, ni voces que asesinan, ni rastros de su mágica ciudad. Porque donde voy no quiero que adivinen en mi alma ni sombras de fantasmas que alzan su promontorio sobre mi corazón, que juegan con el fuego que les doy. -Que te llueva para siempre pero bien lejos de mí, que se rían de mis mañas porque ya voy a reír... ...Y aunque busquen en mi barrio ¿qué pueden saber de mí? si no dice mi prontuario lo que yo quería decir.
6.
Sol 04:10
Será el sol una lágrima encendida (espejo de mi ciudad) Secarán los recuerdos y los días y la música vendrá. Desde el invierno volveré, salvaré tu memoria en tres acordes y quizá te traiga un cuento o algo así. Versos para una mujer y mil fantasmas quedan de un amor eterno que acabó, ya no tengo nada más. Y de pronto estallará otra madrugada cuando sepa el corazón que la música vendrá. Desde el invierno volveré, te traeré la vigilia y el rocío (nadie quiere una canción sin un abrigo).
7.
Yilavsiuié 05:16
Quería salir, pero no importa. No está tan mal, servime más. Quería volver a casa pero no había nadie. Quería un consuelo en la mañana y un gato negro en el jardín. Salí a buscar tu voz, pero ya estabas muerta. No sé qué pensar. Más que la ajena duele la sonrisa mía, más que tu juego descorazona mi error. Tu sombra iluminaba el día, ¿y ahora qué? se irá secando en esta luz que trae el amanecer. Alguna vez vas a saber que te esperaba, que alcé la voz (y era más fácil escapar). cuánta trinchera y cuánta sed en la garganta. Y como la soledad miente canciones pobres, las quemé con mi guitarra, que era mi último consuelo. No sé qué decir... Ustedes salgan, yo esta noche les prometo morir por todos los que tengan que morir. La estupidez del mundo agudizó la mía, mientras se trate de reir -dejame en esta canción- ................. Si hay que volar el Negro me hace la segunda. Si se hace tarde no me esperen a almorzar. Conozco un subte que va derecho al infierno (va a ser mejor que este lugar). Habrá una mesa de cartón para estos títeres sin muecas, ¿habrá una máscara más frágil que el dolor? Yo ya no sé qué ves en mí, pero no importa. Yilavsiuié, Yilavsiuié, Yilavsiuié, ié, ié, ié, ié... She loves you, yeah, yeah, yeah She loves you, yeah, yeah, yeah She loves you, yeah, yeah, yeah, yeah...

about

Para B.

"Me la nombran las estrellas
y el viento del arrabal,
no sé pa qué me la nombran
si no la puedo olvidar"

Manzi-Piana.


Estas canciones fueron compuestas entre 1997 y 1998 en Buenos Aires y concebidas como parte de un todo al que ya entonces se llamó "disco de fantasmas". Sin embargo fueron grabadas en momentos, lugares y condiciones diversas (y frecuentemente adversas).


"Hace años había una plaza en Palermo y estábamos nosotros. Cantábamos canciones, bebíamos y aprendíamos a vivir. Escribí había y es solo un ejercicio de nostalgia porque la plaza todavía está. Enrejada, rodeada de modernidad y diseñadores de alguna cosa, pero está. Lo que no está es aquel tiempo, ni tan memorable ni tan lejano, ni aquellos que éramos, un pedazo homeopático de estos que somos, hoy desparramados alrededor del orbe; Ese tiempo dejó lo que dejan los años que pasan: recuerdos de juegos, de dudas, de fotos imaginarias, de canciones, de versos torpes, de días y de amores (de los necesarios y de los contingentes), y amigos, sobre todo, dejó amigos.

No sabíamos nada de quereres ni de nada, mas o menos como ahora, pero todo era sorprendente y hasta el amor parecía una aventura digna y no una negociación adulta de complicidad y silencios. Éramos hermosamente adolescentes. Fumábamos, leíamos, aprendíamos a coger y a mentir, hacíamos largos viajes en autobuses destartalados y carreteras deshechas, dormíamos a la intemperie, desayunábamos mate cocido y hablábamos de Rimbaud, Artaud, el simbolismo, el surrealismo, Discepolín, Bochini, el Beto Alonso, Rojitas y Spinetta como si supiéramos. La laguna de Chascomús era el mar de los sargazos donde imaginábamos figuras impronunciables en las nubes. Eran también horas de reclutar filias y fobias para el día que fuéramos adultos, creyendo en ese momento que moriríamos de pie y luchando sin oír a los mayores que nos advertían que venderíamos al más rápido y, casi siempre, peor postor lo que jurábamos nunca iríamos a comprar. Y que ese país no iba a cambiar jamás, decían también.

Entre aquellos prototipos de tiempos y de farsantes había alguno con los pies en la tierra y el verbo mucho más allá de nuestro alcance. Uno que hablaba de Cortázar, Spinetta y Arlt, incluso del Burrito Ortega, sabiendo de lo que hablaba. Uno que tenía un don y miraba al mundo de reojo silbando un tango y bajando botellas de Legui con la misma velocidad que levantaba faldas.

Hace unos días, atravesando años, océanos y madureces inmaduras, aterrizó en este invierno boreal, en la petit soledad de mis mañanas de mate y radio, el disco de “Fantasmas”. Fue una sensación de abrazo cálido de antaño como cuando apareciste vos, delicada entre la multitud, después de tiempo sin vernos. Pero esa es otra historia.

Quien lea esto no sabe de qué hablo. Es lógico porque, a pesar de que tarareo cada una de sus melodías desde que era más arrogante y valiente que ahora, hace ya mucho tiempo, “Fantasmas” nunca fue editado. Devino en un secreto más por pereza que por elitismo. Pocos lo conocimos y se convirtió en una comunión, un guiño cómplice, una contraseña en el “9 reinas” de nuestras vidas. Fue, azarosamente, un asado en “la casa de los viejos” en Palermo cuando los años ausentes nos devolvieron una noche hermosa de verano, un vino a deshoras en Barcelona; una tarde mil años después en la pieza de Aráoz, una soledad a grito pelado a la luna de Lima, un beso y una conversación en una lengua inventada con una pebeta que hablaba un idioma incomprensible en Granada y una despedida en Barajas. Fue, también, una exageración de hormonas y amores. Una exageración, a secas. Un abismo construido con herramientas que ya no tenemos y que no vamos a tener. Fue, fundamentalmente, un lugar donde volver porque todas las melodías que envenenan son castillos donde vivimos por siempre. Y en este disco sobran los castillos, las melodías, los venenos y las soledades, pero de las tiernas e inocentes del desamor juvenil.

Todo esto para darte la bienvenida a una de mis casas, la del barrio de las primeras torpezas atolondradas y despeinadas, al prontuario de los años adolescentes, a la plaza que hubo cuando éramos entonces nosotros. Podés quedarte y compartirla. Invitá a quien quieras. Llevala con vos y silbala en la calle. Resucitá ese tiempo en una canción y despertame de madrugada y dame el sabor de aquellos mundos. Escuchemos juntos esos versos a los que no hay que ponerles nada porque están escritos con sangre, aquella sangre."

Mariano Burattini, 2014.

credits

released December 3, 1999

Música, letra y arreglos de todos los temas: J.B.M.
Arte de tapa: Ariana De Luca.

Colaboraciones involuntarias:
Raúl González Tuñón, Leopoldo Marechal, Luis Alberto Spinetta, George Harrison y Charly García.

Producido por Gonzalo Arribúa para SFC.

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JBM Barcelona, Spain

Nacido y formado en Buenos Aires bajo las licenciosas normas de la Guardia Vieja; afincado en Barcelona. Compositor, guitarrista, pelado. Vive en un cuarto piso sin ascensor, así que da pocos conciertos.

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